30 de octubre, 2007
Illinois — Más de dos docenas de expertos en vivienda y política pública describieron la semana pasada un panorama desalentador para la crisis de embargos de vivienda en el área de Chicago, e incluso algunos dijeron que lo peor está por venir.
“Esto tendrá un impacto mayor en la economía para la próxima década”, dijo Malcom Bush, presidente del Instituto Woodstock, una organización sin fines de lucro que participó en una reunión con el Banco de la Reserva Federal de Chicago.
Un estudio reciente de la organización halló un aumento de 36 por ciento en el número de casas embargadas en la región en 2006, en comparación con el año anterior, dijo Bush. En tanto, los embargos en Chicago durante el mismo periodo aumentaron 37 por ciento.
Muchas comunidades y barrios con minorías fueron seriamente afectadas, dijo Robert Wharton, presidente de la Asociación de Desarrollo Económico y Comunitario del Condado de Cook.
Sólo hay que manejar por el sur de la ciudad o en suburbios con altos números de minorías para ver casas unifamiliares nuevas, agregó.
“Esto es una amenaza mayor para esas comunidades, debido a muchas ya tienen problemas económicos”, indicó Wharton.
Durante la reunión, representantes de comunidades como Harvey y Robbins discutieron la necesidad de más consejeros para ayudar a aquellos que no pueden pagar sus casas y que se retrasaron en sus hipotecas.
“El número de gente en problemas crecerá y la necesidad de consejeros en vivienda crecerá también”, dijo Tammie Grossman, directora ejecutiva de Housing Action Illinois.
Brenda Grauer, fiscal de la oficina de la procuradora general Lisa Madigan, dijo que los embargos causados por fraude son “increíblemente frecuentes”.
Las comunidades pobres en el sur de la ciudad y suburbios del sur, dijo Grauer, son propensas a prácticas hipotecarias ilegales.
El estudio de Woodstock encontró que áreas con altas concentraciones de minorías en los suburbios del sur y en secciones viejas de poblados como Elgin, Aurora y Carpentersville tienen las tasas más altas de embargos por cada mil propiedades.
El problema es visible en cuadras como la 700 Jackson Ave., en el corazón de la creciente población latina de Carpentersville, donde tres casas vacías están embargadas y cuatro fueron puestas recientemente en venta por lo mismo.
“Nadie quiere ver mi casa si está en un vecindario que está a la baja”, comentó Christopher Cruz, de 25 años, quien busca vender su casa en esa cuadra.
Los embargos en Carpentersville fueron 277 hasta agosto, más del doble para el mismo periodo del año pasado, según RealtyTrac, una firma de datos de bienes raíces a nivel nacional.
En Elgin, la lista de embargos de enero a agosto creció a 560, casi el doble que en el mismo periodo del año pasado, según RealtyTrac.
Las autoridades dicen el hecho ocurre principalmente en el este de la ciudad, que alberga a muchas minorías, y que se debe principalmente a tasas de interés ajustable que los dueños no pueden pagar y a prestatarios con pobre historial crediticio que financian más de lo que pueden pagar.
En Aurora, la segunda ciudad más grande del estado con 175,000 residente, el número de embargos fue de 668 entre enero y agosto, en comparación con los 385 del mismo periodo del año pasado.