November 24, 2008
 
Julia Zhanay y su familia cuentan que su propiedad se encuentra "en la
cuerda floja". Es por eso que el pasado fin de semana, Zhanay, de 41
años, junto a docenas de personas, asistieron a un taller en las
instalaciones de la organización Hispanic Housing, en el vecindario de
Humboldt Park, donde recibieron asesoría para no perder sus casas por
un embargo hipotecario.

Según reportes del National Training & Information Center, en
2006 se iniciaron 10,339 embargos hipotecarios en Chicago y para 2007
esa cifra ya había subido a 14,000.

Pero la noticia más agría la tenía un reporte del Woodstock
Institute, que indica que el número de embargos a ser rematados
aumentaron dramaticamente de 2005 a 2007 en Chicago y su área
suburbana.

El remate de una hipoteca es el último paso en el proceso del embargo, según el Woodstock Institute.

De acuerdo con el estudio "Foreclosure Report of Chicago", en 2005
entraron en remate 2,271 hipotecas, en 2006 fueron 2,905 y en 2007 se
duplicó a 6,105.

Mientras que en el Condado Cook, que incluye Chicago, en 2005
entraron en remate 4,341 hipotecas, en 2006 el numero subió a 5,424 y
en 2007 la cifra llegó a 10,605.

Mayor incidencia

El mismo Instituto indica que del primer semestre de 2007 al primer
semestre de 2008, los barrios donde acumularon el mayor número de
embargos hipotecarios fueron: Austin con 810, West Englewood con 669,
Roseland con 580, Chicago Lawn con 513, New City con 438, Humboldt Park
con 416, Sur Chicago con 357 y Belmont Cragin con 334, entre otros.

Precisamente, Zhanay no quiere que su caso sea otra estadística.
Según la propietaria, los problemas empezaron meses atrás. Primero, su
hipoteca aumentó de $2,300 a $2,800 mensuales, y después sus inquilinos
dejaron de pagar la renta.

La mujer dijo que para seguir pagando su hipoteca, su familia dejó
de pagar otras cuentas o las atrasaron; pero hace tres meses ya no
pudieron y hace 15 días empezó el proceso de embargo.

"El banco no quiere negociar mucho. Bajaron el pago en $30, pero
eso no es mucho. Por eso tenemos esperanza de que nos ayuden para no
perder la casa", dijo Zhanay.

En una situación similar est[a Antonio Fierro, quien viajó del
suburbio de North Lake para asistir al taller, el cual lucía lleno.

La propiedad de Fierro, de 49 años, aún no está en proceso de
embargo, pero dijo que ya está dos meses atrasado en sus pagos. El
mismo señaló que se quedó sin empleo en septiembre e intento
refinanciar su hipoteca, pero le dijeron que si no tenía empleo no
podían ayudarle.

Claudia Montoya, del Bickerdike Redevelopment Corporation, indicó
que el grupo de personas que asistieron al taller es sólo una fracción
del inmenso número de propietarios que están en problemas, ya sea
porque tienen un interés de alto riesgo, no estaban listos o los
asesoraron mal.

Héctor Gamboa, director de Programas del Hispanic Coalition for
Housing, recomendó que si usted tiene problemas para pagar su hipoteca,
no tarde y busque ayuda con una organización comunitaria certificada
por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) lo antes
posible, porque son gratuitas.

En el taller, Gamboa indicó que al pedir ayuda busque evitar ser
víctima de las estafas, por lo que recomendó no firmar documentos
ofreciendo su casa, ni hacer pagos a otros que no sea su compañía
hipotecaria o banco.

El taller fue organizado por agencias del gobierno estatal y el
Housing Action Team, que es una coalición de organizaciones
comunitarias que abogan por la vivienda.

 

 

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